Lo que hay detrás del “yo”

Lo que hay detrás del “yo”

Hace un tiempo, no mucho… me pasaba el día corriendo de una actividad a otra.

Aparte de las actividades relacionadas con la vida familiar y el trabajo, tenía una lista importante de actividades que, supuestamente, me tenían que ayudar a convertirme en una persona valiosa, equilibrada, responsable, inspiradora, perfecta (por qué no decirlo) y a nivel todavía más profundo, con derecho a vivir.

Cada uno elige sus actividades acorde a sus valores

Algunos optan por acumular diplomas, otros por sacar su vena artística, otros emprenden un camino supuestamente espiritual o entrenan un deporte hasta la muerte.

Sé que no soy la única en haber sentido esto de: «soy inadecuada», «soy incompleta», «no soy suficientemente buena», «soy invisible» o incluso «soy indeseada».

Cuando sentimos eso, somos capaces de mover cielo y tierra para acabar con este dolor, porque sentirse así, duele.

La carrera hacia la aceptación de uno mismo, cuando se emprende así, hacia fuera, no acaba nunca.

Ningún logro que consigas, aunque te conviertas en la presidenta de Estados Unidos, será suficiente para rellenar este vacío.

¿Qué podemos hacer entonces?

Lo siento, no tengo receta.

Pero hay algo que puede dejar una semillita, y otra, y otra, hasta que un día, sientas que realmente, vales, independientemente de lo que hagas o dejes de hacer.

En savasana, «la postura del cadaver», la que se practica al final de las clases para relajarse, uno se olvida por un momento de quién es.

Y no sólo eso; si no te quedas dormido (que a veces pasa, pero no es malo, simplemente es que lo necesitas), pero estás totalmente relajado, te das cuenta de que está todo bien, tal cual como está.

Que no tiene que cambiar nada. Dejas por un momento de ser «esa persona con esos problemas, con esa historia…».

En savasana, quizás sea el momento en el que somos, más que nunca, lo que somos de verdad. Y cuando volvemos a la superficie, nos sentimos bien, muy bien. Y está sensación se graba y no se olvida. Y cuanto más practicamos savasana, más nos damos cuenta de que hay algo más detrás de nuestro «yo», como decirlo… el «yo público», «el yo de la vida diaria».

No puedes relajarte a demanda.

Es como para dormir. Mañana te tienes que levantar a las 5h para coger un avión, y son las 23h30, y tienes que dormir, sino sabes que vas a estar cansado mañana.

Te acuestas y piensas, ahora tengo que dormir, tengo que dormir… y a las 01h20 todavía estás despierto.

La secuencia de asanas que hacemos en clase está pensada para que no nos cueste nada relajarnos al final. Es un arte. Con qué posturas empiezas, con qué posturas terminas, el ritmo de la clase, el orden de las posturas…

Al final, te tumbas y te rindes porque estás preparado para eso.

Si quieres practicar savasana después de una buena secuencia de asanas, tenemos 3 cursos de 3 niveles, de 40 clases cada uno.

Elige en nuestra web tu nivel de práctica y empieza a practicar nuestras secuencias para conseguir una relajación profunda y plantar una semillita para sentirte en paz contigo mismo.

Buena práctica y buen savasana.

Aurélie Farina

¡Hola! Mi nombre es Aurélie

Enseño yoga desde hace 20 años.  En mi blog encontrarás reflexiones sobre esta práctica, pero también sobre otras cuestiones de autonocimiento, meditación,  Respiración y movimiento.  
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