Desde donde practicas, allí hay una clave.

Desde donde practicas, allí hay una clave.

No me gustan mucho las fiestas, y creo que la fiesta del fin de año es la que menos.

Me trae malos recuerdos, de muchas fiestas de fin de año que pasaba sola, completamente sola, eso si, en el piso de mi madre con vistas a la Tour Eiffel.

Aun así, espero que disfrutéis de la velada con amigos o familiares.

Tampoco me gustan las eternas «buenas resoluciones» de enero y confieso que no miro con buenos ojos a las personas que año tras año se hacen una promesa para olvidarse de ella después de unas semanas.

Las «buenas resoluciones»

Soy bastante disciplinada y siento orgullo por ello. Las «buenas resoluciones» las hago a diario, me da igual que sea enero o septiembre.

He tirado mucho de la fuerza de voluntad para conseguir mis objetivos, pero, ¿qué es lo que realmente, he conseguido yo, yo, Aurélie Farina?

¿Qué son los frutos de mis esfuerzos, de mi empeño y disciplina y qué es lo que me ha llegado por «gracia», como un regalo del cielo?

Creo que de tanto querer conseguir esto y lo otro me he perdido algo esencial en el camino. Cuando estás buscando sin cesar, no estás abierto a recibir.

El culto al «YO»

La sociedad de hoy te quiere hacer creer que todo depende de tu poder de voluntad, de tus esfuerzos, de tu motivación y trabajo. Puedes tener las riendas de tu vida, controlar tu estrés, mejorar tu salud, tener un cuerpo estupendo y la juventud eterna, éxito, dinero, amor, y sobre todo, felicidad. Si no estás feliz es porque no quieres.

¡Cuánta presión!, ¿no te parece?

Es el culto al «YO» en todo su esplendor. ¡¡Venga, tú puedes!! Y sino, es tu problema, un problemón….

Este camino sólo nos puede llevar al fracaso y a la desilusión y el peso que carga en nuestros hombros es demasiado grande.

Yo caí en la trampa de pensar que podía hacer lo que quería, solo había que quererlo e ir a por ello. Decidí que iba a ser bailarina de baile clásico a los 15 años, y casi lo consigo, pero por allí no iba mi camino.

Habiendo sufrido durante años por el divorcio de mis padres, unos de los objetivos más importante de mi vida era construir la familia ideal. Pero hay cosas que no se buscan… ¿Cuántos solteros desesperados buscan el amor por todos los medios? ¿Y cuántos lo encuentran?

Si al día de hoy, después de 15 años de matrimonio, por fin siento algo de armonía, no es por mis esfuerzos ni los de mi marido, es por «gracia» o por la configuración de los planetas, jeje.

Estudié Yoga Iyengar con un profesor de mucho nombre y en vez de alcanzar la paz, sólo conseguí lesionarme. Me costó años escucharme y cambiar de profesor.

Con esto no estoy diciendo que no haya que esforzarse, ser disciplinado, ir a por sus sueños… Digo, o más bien, me digo a mí misma, que esto llega hasta un cierto punto, que es limitado, muy limitado.

De tanto buscar el conseguir esto y lo otro, he perdido algo esencial en el camino, me he perdido a mí misma.

No a Aurélie, ella es solo un nombre, una biografía, un cuerpo y poco más… Me refiero a algo más profundo, algo que tenemos en común todos los seres humanos. Algo que está al alcance de la mano, realmente.

La práctica de yoga debería de llevarnos a eso, a tocar lo que está más allá de la superficie, mas allá del ego, de la mente racional y de los sentidos.

La actitud en la práctica es clave. Si practicamos desde el ego, buscando resultados concretos, nos vamos a perder por el camino.

Para recibir, hay que crear espacio. Pasa también en el amor. Muchos solteros quieren encontrar la media naranja pero no les quites su tiempo de ocio, de trabajo y de deporte. ¿Qué lugar dejan para el otro?

Estemos abiertos y receptivos en la práctica, a ver qué viene. Intentemos practicar desde otro lugar que no sea la fuerza de voluntad.

No sé si eres rígido o dejado, si te esfuerzas mucho o nada. Puede que todo esto te suene muy ajeno. Puede que seas de los que fluyen con la vida.

Por mi parte, seguiré practicando yoga regularmente porque me gusta y me sienta bien, pero con una actitud muy distinta, muy distinta… Ya nada es igual.

¡A ver qué nos trae 2022! Este año sí que tengo una buena resolución: la de estar abierta para lo que venga.

¡Feliz año a todos!

Aurélie Farina

¡Hola! Mi nombre es Aurélie

Enseño yoga desde hace 20 años.  En mi blog encontrarás reflexiones sobre esta práctica, pero también sobre otras cuestiones de autonocimiento, meditación,  Respiración y movimiento.  
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